lunes, 30 de diciembre de 2013

La Música En Nuestras Vidas


Antes de analizar en que consiste la educación musical conviene pensar en como, la música, esta presente en nuestras vidas. Vivir sin música seria casi imposible. Aun antes de nacer ya contamos con una experiencia musical
La música cumple diversas funciones, nos ayuda a soñar, nos hace compañía, alivia nuestras preocupaciones, nos alegra el espíritu, nos permite sentirnos parte de un grupo social más amplio, nos libera. Es decir constituye un electo tan cercano y significativo
La música esta compuesta por tres elementos básicos: el ritmo, la melodía y la armonía. El ritmo es el primer elemento, sin el cual no puede existir ningún tipo de expresión musical y es indicador de vida física, da vida a la música. Unejemplo es el zapateo negroide, el cual se manifiesta básicamente en función de percusiones del cajón que invitan a un movimiento físico animado y sostenido
La melodía por su parte es el elemento expresivo de la música, lo que comúnmente se le conoce como “la música” de la canción, lo que nos impacta, lo que recordamos. La presencia de este elemento supone un nivel de complejidad mayor: cuando cantamos solo con nuestra voz estamos incorporando dos elementos: el ritmo y la melodía
El tercer elemento es la armonía, esta exige un nivel de elaboración intelectual, conocimiento del lenguaje musical y combinación de los anteriores elementos a fin de hacer que la composición tenga mas fuerza. Por ejemplo: no es lo mismo cantar “campanero” solo, a dúo, en coro al unísono, en canon a dos voces, acompañarlo con guitarras o pedirlea la orquesta sinfónica nacionalque lo interprete con nuestro coro. En cada caso el nivel de ejecución varía y hace que la canción sea interpretada y captada de manera diferente
Estos tres elementos también esta presente en nuestra naturaleza humana. Nuestra voz es nuestra melodía, con ella expresamos diversos estados de animo, sentimientos, emociones, es nuestra música particular, lo que nos hace distintos los unos de los otros
Nuestro cuerpo esta lleno de ritmo: los latidos de nuestro corazón, nuestro parpadeo, el bostezar, las funciones respiratorias o digestivas, todas obedecen a un ritmo vital, un ritmo sincronizado. Todas nuestras acciones tienen ritmo y cada persona imprime un ritmo particular a sus acciones: caminar, correr, bailar, comer, hablar…… lo cual ha motivado la creación de canciones: “oye como va mi ritmo, bueno pa’ gozar, mulata”…… “mira que sabroso camina…”, “así late mi corazón, tic-tac, tic-tac, como un reloj”, “… cuando a tu paso garboso, repicaban los conventos…”, “… del puente a la alameda, menudo, pie la lleva por la vereda que se estremece al ritmo de sus caderas…”, “… siento que mi corazón hace tun, tun, tun, tun, tun, …”
Cuando bailamos, aplaudimos y cantamos, estamos haciendo música combinando los tres elementos, hay armonía. Aun al caminar e ir silbando estamos haciendo armonía
Entonces ¿Por qué buscar la música fuera de nosotros? ¿Por que limitarla a la practica instrumental o del canto? ¿Por qué desconocer que la música la llevamos dentro, que nosotros somos música?
Esta concepción no es suficientemente difundida, nos lleva a desconocer que somos el más completo instrumento musical sin el cual no seria posible ni hacer, ni percibir música
De otro lado, la música es también un producto cultural y como tal, debe procurar la identificación entre la disciplina y la vida. La clase de música representa a una sociedad en microcosmo. Nuestra cultura tiene tanto orígenes indígenas como españoles, y a la vez no somos exclusivamente ni lo uno ni lo otro. Somos un país multicultural, cuyo legado debe ser defendido y transmitido. Es en la dinámica educativa donde los factores propios de la cultura se fortalecen y cobran vida. Este es el llamado de Tort, hace instando a construir la infraestructura cultural base de nuestra propia identidad
La música puede ser concebida desde dos perspectivas: como un curso que satisface la necesidad de adquirirdeterminados conocimientos o como una forma de auto expresión. La visión instrumentalista de la educación musical ha perdido vigencia, en su lugar se erige la fuerza expresiva, creativa y comunicativa que posibilita este lenguaje. Parafraseado a Marshall Mac Luhan podemos afirmar que “estamos ingresando en una nueva era de la educación que esta programada mas para el descubrimiento, que para la instrucción”
Esta“nueva era” esta caracterizada por la sensibilización, la cual trasciende el ámbito musicaly se enriquece con los aportes de las demás artes. La música no esta divorciada de la literatura, la pintura, o el teatro. Mas bien la vivencia de las otras artes, enriquecerá la experiencia musical.





domingo, 22 de diciembre de 2013

¿Se puede aprender a ser feliz?


Imagen tomada de Corbis 



¿Por qué algunas personas son felices con cualquier cosa y otras no pueden serlo, a pesar de tenerlo todo?

Es cierto, que existen personas que nacen con una predisposición a la felicidad.
Sin embargo, durante la vida aprendemos a ser felices o a ser infelices.

Cuando somos pequeños, no nos damos cuenta de ese aprendizaje.
Aprendemos a ser felices o infelices, no sólo a partir de las experiencias que vivimos, sino de la forma en que los adultos nos enseñan a vivirlas y a vivir cualquier tipo de problemas.

Si nuestros padres o uno de ellos, viven quejándose, fijándose sólo en el aspecto negativo de las cosas, sintiéndose derrotados o agobiados ante los problemas y dificultades, etc., probablemente nosotros actuemos de la misma manera.

Si por el contrario, ellos son personas positivas que siempre ven el lado "bueno" de todo lo que les sucede, resuelven los problemas con entusiasmo, confiando en obtener éxito, disfrutan de la vida, ríen con frecuencia, son personas activas, etc., no importa cual es nuestra carga genética, si aprendimos de ellos, seremos felices.

¿Esto quiere decir que si actualmente somos infelices, así tenemos que seguir siendo siempre?
No.
Quiere decir, que así como aprendimos una actitud, podemos aprender una diferente, que sustituya aquella que nos hace sufrir.

No podemos evitar el sufrimiento, que es parte de la vida.
Pero podemos enfrentarlo con una actitud adecuada y superarlo o podemos vivirlo con una actitud inadecuada y aumentarlo.

Ser feliz no significa vivir en la carcajada en todo momento.
Eso es imposible.

Ser feliz es un estado de bienestar general, basado en sentimientos de paz y armonía internas, autoestima y satisfacción personal, en el que los momentos positivos superan a los negativos y los logros predominan sobre los fracasos y en el que nuestra vida tiene un sentido y un significado.

Esto depende
 de nosotros y si no lo tenemos, trabajando adecuadamente, lo podemos obtener.



Elementos necesarios en el aprendizaje
de la felicidad.


Ser felices, es un estado de ánimo producto de una actitud elegida por nosotros.

Con mayor o menor consciencia, nosotros elegimos cómo queremos vivir nuestra vida.
Por eso podemos elegir, aprender a ser felices.

Para ello necesitamos:
1.    Aprender a:
·         valorar el mundo que nos rodea,
·         poner nuestra atención en los aspectos positivos y
·         saborearlos.

2.    Enfrentar los problemas y el sufrimiento con una actitud positiva, sabiendo que son pasajeros y que podemos aprender de ellos.

3.    Vivir en el momento presente,

4.    Conocernos a nosotros mismos para evitar conflictos internos,

5.    Fortalecer nuestra autoestima.

6.    Desarrollar un optimismo realista, es decir, basado en la convicción de que las situaciones que estamos viviendo, siempre van a darnos un resultado positivo, si sabemos: 
·         enfrentarlas adecuadamente y
·         percibirlas objetivamente.


¿Qué hacer?


Imagen tomada de Corbis 





El primer paso es saber qué te gusta.

En ocasiones estamos descontentos y ni siquiera sabemos por qué.
Quizás sabemos lo que no queremos o lo que no nos gusta, pero no siempre sabemos lo que nos causaría verdadera satisfacción.
Averígualo.

Prueba diferentes actividades, retoma intereses que abandonaste hace muchos años, aprende nuevas cosas y descubre qué es lo que actualmente te da satisfacción.

Desarrolla diferentes intereses.
La variedad es sumamente importante.
Nuestro cerebro se acostumbra a una sola actividad y podemos caer en la monotonía.

Rompe con la rutina y desarrolla tu creatividad.
Una vida variada e interesante es más satisfactoria, rica y feliz, que una vida predecible y sin ninguna variedad.

Busca actividades en las que realmente te involucres de forma tal, que el mundo a tu alrededor deje de existir.
Cuando lo logres, disfrutarás de una sensación de paz y bienestar muy especial.

Trata de promover la risa y el buen humor en tu vida diaria.
Busca en libros, películas, con amigos, en Internet, etc., momentos de diversión y alegría.

No compres los problemas de los demás.
Recuerda que la felicidad es una opción personal.
Tú no puedes hacer felices a otras personas y ellos no pueden hacerte feliz a ti.

Pueden compartir ciertos momentos y ayudarse, pero cada quien es responsable de sí mismo.
Tú eres responsable de tú propia felicidad y de las decisiones que tomas cada momento.

Cuida tu cuerpo y tu salud.
Mucha de nuestra infelicidad está relacionada con enfermedades, molestias físicas y problemas que podemos evitar con un estilo de vida sano.

Aprende a manejar tus emociones negativas, para no ser manejado por ellas.
Muchas veces quedamos atrapados en el coraje, resentimiento, depresión, etc. y pasan los años sin que podamos salir adelante.
No te desgastes inútilmente, ni sufras innecesariamente.





Imagen tomada de Corbis



jueves, 12 de diciembre de 2013

DIOS DINERO ASESINO DE LA VIDA HUMANA

 Dinero y razón.
“Seréis como dioses, conocedores del bien y del mal”, La modernidad piensa sin saber que a fin le conduce: La evidente crisis ontológica la expresa Marx al plantear: Todo lo sólido en el aire se desvanece, Nietzsche y su Dios a muerto, y, Weber con: el fin del encantamiento, fue el principio del caos epistemológico, se había derrumbado el cimiento que sostenía toda razón y esperanza, “Hemos de decir todavía que a este respecto se impone una inmensa labor critica reconstructiva: es preciso llevar a cabo el más profundo y el más exhaustivo examen de todos los postulados que sobreentiende, con una desenvoltura verdaderamente sorprendente, un pensamiento que, tras haber despojado al espíritu de sus atributos y de su capacidad ontológica, no deja de conferirle en el mismo grado algunas de las más terribles prerrogativas de Aquel a quien tal pensamiento se imagina haber destronado”. Ésto equivaldría a la demostración de Dios, a la teología que trata a Dios como si perteneciera al ser ontológico occidental o a la percepción; equivaldría al optimismo que una teología pueda enseñar, que la religión debe esperar, pero sobre todo la que el filosofo calla. El aparente asesinato de Dios fue efectuado sin conocimiento previo de las consecuencias fatales que se sembraron en la modernidad y hoy vemos los putrefactos frutos.
Ante esta separación entre Dios y el hombre, existía un factor culmen más allá de las constantes tesis y crisis epistemológicas, éticas, políticas, cayo en la cuenta que el dinero era lo más cercano a ser como Dios, lo más sagrado, todo poseedor de riqueza era gobernador, poseedor de todos los bienes, placeres, deleites y gozos en este mundo, y sí no existe Dios y la vida después de la muerte, éste era el dios perfecto al el cual adorar, y sí este hombre, es decir, el hombre concreto es el Yo solo, la voluntad individual o el Único, en efecto, el egoísmo integral es la afirmación del hombre, de ser hombre solo en el mundo y su Yo, en efecto, ya nada puede sujetar al hombre que no sea su propio interés egoísta, ni la religión ni el estado ni la sociedad ni la moral puede sujetar al hombre y sí Dios ha muerto todo es licito[49]. La soledad radical del individuo moderno que socava la relación con el otro, en efecto, es el otro la única amenaza verdadera, capaz de quitar el dinero de las manos del poseedor de dicho metal.
Al desaparecer el fundamento ultimo de los valores, principios o normas que tengan objetividad y universalidad. Queda el hombre como fundamento sin fundamento (sin razón de ser) de los valores, ésta es la razón que le hace expresar a Marx al plantear: Todo lo sólido en el aire se desvanece, Nietzsche; Dios a muerto, y, Weber con: el fin del encantamiento. Y sucede que a medida que se cree menos Dios, es decir, en la resurrección e inmortalidad consciente, personal y concreta, se exagerará más el valor de la pobre vida pasajera.  
El dinero es lo único interés sustentable, capaz de sostener un nuevo orden, de dirigir el comportamiento moral, y la afirmación de que el hombre es el ser para la muerte, el dinero se presenta como la tesis de que la vida terrenal es lo único que el hombre tiene, como lo expresa Shakespeare es lo único verdadero:
"¡Oro!, ¡oro maravilloso,
brillante, precioso!
¡No, oh dioses, no soy hombre que haga plegarias
inconsecuentes! Un poco de él puede volver lo blanco, negro; lo feo,
hermoso; lo falso, verdadero; lo bajo, noble". Se trata del dinero.
El dinero ha sido el principal factor de movimientos sociales, en todo el mundo, causa de guerras, revoluciones, de homicidios, creador de valores, el dinero es la divinidad del mundo, “El dinero: 1) Es la divinidad visible (die sichtbare Gottheit)...2) Es la prostituta universal (die allgemeine Hure)... La fuerza divina (göttliche) del dinero radica en su esencia en tanto que esencia genérica extrañada (entfremdeten), enajenante (entäussernden) y autoalienante (veräussernden) del hombre. Es el poder enajenado de la humanidad"[51]. La burguesía va rindiendo cada vez más tributo a este dios hasta convertirlo en su dios/fetiche favorito “El fetichismo de la mercancía se revela con particular claridad en el dinero. En la economía mercantil, el dinero constituye una formidable fuerza que da a quien lo posee un gran poder sobre los hombres. Todo puede comprarse con dinero. Se produce una sensación de que esta capacidad para comprarlo todo fuese una cualidad natural del oro”, esta relación del hombre con el dinero es semejante a la de los hombres primitivos que se hacían dioses con metales, madera o rocas creados por ellos mismos para adorarlos.
En esta tesis se afirma el dinero como aquel dios que liga al hombre, y que ha sustituido a Dios, que el ateismo no existe, pues sirve el hombre a un dios que ni siquiera el más astuto teórico, acepta esta adoración indirecta a él, o plenamente conciente de tal adoración lo manifiesta. Hemos demostrado que en la antigüedad el hombre por el miedo a la muerte se atiene a un dios que le de las pautas o normas principales para alcanzar la esperanza de la vida eterna, la esperanza que libera la caja de Pandora de ir al reino de Zeus para el griego y la esperanza del reino de Dios del judeo-cristiano; este dios-dinero no promete la vida eterna pero si la vida plena, la vida terrenal, la apetencia a la única vida conocida, la promesa de una vida realizadora, feliz mientras exista, anula la esperanza, el dinero dicta lo que es bueno y lo que es malo, de acuerdo a su utilidad y capacidad de generara riqueza, el hombre no tiene otra esperanza más que la de hacerse de dinero: el hombre moderno perdió la esperanza, desesperanzado andar en un mundo sin anhelos ni deseos que no sea otra cosa que el culto al dinero, amor al dinero, “una humanidad sin esperanza es una humanidad sin motor, condenada a ser embaucada por los pragmáticos de turno que invocan de forma fetichista la inmovilidad de las cuestiones de hecho, que en definitiva pretenden que la humanidad se pliegue desesperanzada a la opacidad de la realidad vigente. Estos pragmáticos son incapaces de imaginar y analizar las posibilidades reales abiertas a la novedad.”. Sin la esperanza ya todo es medido en la pragmatisidad en un mundo de cosas y no de personas, el rostro del otro es el que esboza esta palabra correctamente, el rostro jamás será una cosa, se le podrá tratar en una inhumanidad cruel como tal, pero el rostro nos denuncia que estamos ante algo lejano e inmensamente esplendido difícilmente comprensible, incomprensible como el sacrificio, el sacrificio del padre por el hijo, el novio por la novia, el enamorado por la amada, el hijo por su padre en la ancianidad, “No hay ni puede haber sacrificio sin esperanza, y un sacrificio que excluyera la esperanza seria un suicidio”. 
Para la burguesía todo es un objeto, todo es manipulable, la esperanza ha muerto, todo tiene un costo y se define en su utilidad e inutilidad, para el poseedor del dinero todo es posible en este mundo, tiene un precio, lo bueno y lo malo se define por lo útil o lo inútil, y todas las grandes matanzas, guerras, homicidios y genocidios son en nombre de este dios que rige sobre los grandes imperios mundiales. Cuando la esperanza ha muerto el bien y el mal ya no importan, y entonces sucede como Jacques Maritain enfatizaba: El mal se introduce en el mundo sustituyendo lo bueno por lo óptimo.   
La vida del hombre y su valor se define en su capacidad de utilidad, el obrero que se vende como mercancía al mejor postor, el inmigrante que sacrifica la vida con su esposa e hijos por rendirle culto a este dios-dinero, el gran Yo filosófico occidental se traduce en los magnos imperios capitalistas, es el Yo teórico que se aplica en la realidad. Todo dios exige un culto pero ¿Qué es el culto? Denominaremos culto al ofrecimiento gratuito de lo cultural al Absoluto -de allí el sentido del sacrificio de un animal, por ejemplo, en los pueblos pastores; o del fruto de la cosecha, en los pueblos agrícolas-. Al absoluto se le ofrece algo en signo de reverencia, honor, respeto. Lo ofrecido se destruye (se mata el animal, se quema el fruto) para significar que es sólo propiedad de la divinidad, ahora bien, ¿Qué es lo que pide o se ofrece este dios-dinero?
 En la modernidad hubo un hecho que cambio la cosmovisión del mundo, su impacto fue tan grande que fascino a todo el mundo Europeo, este hecho se le denomino “El descubrimiento de América”, La emoción no fue por los hallazgos científicos, etnológicos, botánicos, arqueológicos o zoológicos que se pudieran obtener del nuevo mundo ni por las civilizaciones que se encontraban allí sino por la riqueza que se pudiera obtener, sacar, explotar, de ese nuevo mundo, pero existía un problema, todas esas tierras y riquezas tenían dueños, en efecto, el sacrificio del dinero es el otro, lo que pide el dinero como sacrificio es la sangre del otro, en este caso el otro/mesoamericano, como la historia lo marca, a su llegada a América de los españoles comenzó la invasión y matanza, no había piedad ni de la que llevaba en el vientre a un hijo, el homicidio se dio plagado de crueldad y sadismo, al ver tan inmedible crueldad -los que emprenden una misión de profetas son los frailes- que a su llegada observan un mundo de asesinatos sin escrúpulos, los frailes denunciaban los asesinatos, pero con la crisis ontológica de la modernidad, y, con la razón instrumental que se sirve para justificar sus fines; se tenia que justificar la conquista, pero ¿Cómo? negando la humanidad del indígena americano “La determinación de lo que es humano y no, no es otra cosa que la determinación del hombre occidental, que deviene paradigma absoluto de la humanidad”, (este regateo de humanidad hasta el día de hoy existe, Leopoldo Zea lo explica en su libro “La filosofía en América como filosofía sin más”) como hasta el día de hoy se da justificación de la apropiación violenta de las riquezas, todo este genocidio exigía de manera urgente para los religiosos del dinero, una argumentación axiológica y filosófica que diera razón de sus actos, lo único que impedía la matanza y apropiación por medio de la violencia era Dios, la argumentación fue que los hombres americanos no eran hombres y por lo tanto eran animales, bárbaros de lo cual no había pecado en su caza, esclavitud y matanza de dichos infrahumanos, estas son la razones de la conquista e invasión: “La justa guerra contra las comunidades indígenas de América: 1) La inferioridad natural de los indígenas; 2) el deber de extirpar los cultos satánicos y, especialmente, la practica de los sacrificios humanos; 3) el deber de salvar a las victimas de estos sacrificios; 4) el deber de propagar el evangelio. (…). Siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos; dominación que les traería grandísimas utilidades, siendo además cosa justa, por derecho natural, que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón, los brutos al hombre, la mujer al marido, los hijos al padre, lo imperfecto a lo perfecto, lo peor a lo mejor, para bien universal de todas las cosas. Este es el orden natural que la ley divina y eterna manda a observar siempre”. Bárbaro se le designa al hombre americano, su etimología es de origen griego, es una palabra griega, “bar, bar, bar” gentes de habla ininteligible, en efecto, para qué alguien sea catalogado como un hombre debe nacer, hablar y pensar como europeo, de ésta fina selección no se escaparon ni los hijos de los españoles nacidos en tierras americanas, pues, por el simple hecho de nacer en estas tierras se dudaba de su humanidad.
 Por el afán de dinero, y el interés inmediato, los indígenas debían de abastecer inmediatamente el máximo de riqueza y de rendimiento; por esta razón estructuran una ideología de tipo esclavista. Y, el esclavo es una especie de propiedad animada, un instrumento destinado a la acción, una cosa; o bien, tiene una virtud instrumental, una virtud de la cosa, que se despliega en pleno cumplimiento de su instrumentalización de su coseidad especifica, el esclavo es un ser infrahumano sin derecho de ser tratado como hombre sino como cosa útil.
Riqueza, tierras y esclavos se buscaba en América, era el sueño y las esperanzas de los europeos que pisaban suelo americano, para evadir y justificar la violencia e inhumanidad ante el vaticano con el papa Alejandro VI, se fundamentaba que los nativos del nuevo mundo son infrahumanos, “no poseen ciencia alguna, ni conocen la escritura, (…), practican el canibalismo, los sacrificios humanos y la idolatría, son incontinentes y libidinosos, no conocen la propiedad privada, son tímidos y cobardes para la guerra; si construyen casas, practican un cierto tipo de comercio y viven de manera racional de algún modo, es “solamente para demostrar que no son osos, ni changos, y que no están totalmente desprovistos de razón”. (…) merecen a penas la apelación de seres humanos”, los indígenas americanos están –para los europeos y su dios- más allegados a la in-humanidad, esto ponía un limite muy delgado entre humanidad y animalidad. En efecto, los indígenas americanos no son humanos afirmaron los encomenderos, lo mismo era matar a un indígena que a un perro, y su domesticación era lo mismo que los animales que se les doma.
 La historia la cuentan los vencedores: la historia es amoral pero la memoria de los vencedores la muestra moral. Pero si nos damos cuenta con -Walter Benjamín- que todo documento de cultura lo es, a su vez, de barbarie, entonces descubrimos que el progreso es el precio que los vencedores de la historia hacen pagar a los vencidos. Las aberraciones cometidas a favor del dinero disfrazado de evangelización, se evidencian en la conquista en múltiples textos: “… por el contrario, el contenido universal de la palabra evangélica se dice en la relación con el otro; Yo osé decir, y no lamento afirmarlo abiertamente, que si los predicadores quieren anunciar el evangelio acompañados del estrépito de las armas, ellos deberán por lo mismo ser indignos de suscitar la fe en sus palabras… La primera palabra de la evangelización según Las Casas es el reconocimiento del otro, inclusive y sobretodo en su resistencia. Esta es la palabra que dice <<Este no es porque yo tengo la verdad que vosotros debéis aceptar, sino porque yo estoy con vosotros y vosotros estáis conmigo y que nosotros constituimos un nosotros, un espacio de universalidad concreta, íntersubjetiva; sólo desde ese espacio se me confiere pronunciar una palabra con pretensión de verdad universal>>. Palabra de verdad que se expresa en la revelación con el otro, y que no es pues una verdad-cosa, pura y simplemente disponible. Palabra de verdad como re-creación de la verdad”. y no obstante el valiente Bartolomé delataba “las tiranías y opresiones, fuerza y agravios que padecen mis ovejas, los indios naturales de todo aquel obispado de los españoles, en especial de los excesivos tributos y vexaciones y en los servicios personales y en cargados como a bestias noches y días, y en tener muchos hombres y mujeres libres por esclavos...”.
 El nuevo Dios que resplandecía en la Europa capitalista naciente, Dios al cual inmolarán toda la periferia (América Latina primero, luego el África y el Asia), era el oro. Todo hombre del siglo XVI sabía que era el Oro era el verdadero dios del cristiano europeo, por el cual estaba dispuesto a matar, a inmolar y derramar la sangre de aquel que hubiera que quitárselo de las manos. Esta búsqueda de adoración del hombre europeo se hace evidente en toda la conquista.
La evangelización fue la primera excusa de la conquista como nos lo muestra la historia “entre estos pecadores (indios) andaba el diablo o que alguno destos hombres era el mismo Satanás”. Lo más paradójico es que la lucha contra los demonios (que eran los pobres indios) se hizo en nombre de los santos (que actuaban de hecho como demonios), Para pasar a lo que venían a adorar verdaderamente, esta adoración del europeo por su dios se da en toda América, en este caso en Cuba y en Perú: “Ya sabéis cómo se dice que los cristianos pasan acá -explica el cacique Hatuey de Cuba en el año 1511- (...) No lo hacen por eso sólo, sino porque tienen un dios a quien ellos adoran y quieren mucho y por haberlo de nosotros para lo adorar nos trabajan de sojuzgar y nos matan”. Y continúa el texto: “tenía cabe sí una cestilla llena de oro (...): -Véis aquí el dios de los cristianos, hagámosle si os parece areitos (que son bailes y danzas) y quizá le agrademos, y les mandará que no nos hagan mal (...)”. Tanto anhelaba el español el oro y la plata, que los indios del Perú llegaron a creer que el cristiano "comía plata y oro”[63]. En Colombia, nos dice Tomás de Ortiz que "vi que el dios y la administración que les enseñan y predican es: "Dadme oro, dadme oro”. Y en México. El amor al dinero se hace más palpable cuando aflora una vez consumada la conquista, y caen los pueblos indígenas a sus pies “… Vino de adelantado don Pedro de Alvarado con todos sus soldados y entraron por Chuaraal. Traían 200 indios tlaxcaltecas [y] mataron a todos los indios de Chuaraal que eran por todos trescientos mil […]. Y vístose los indios atormentados les dijeron a los españoles que no les atormentaran más, que ahí les tenían mucho oro, plata, diamantes y esmeraldas que tenían los capitanes Nehaib Ixquín[…]. Y luego se dieron a los españoles y se quedaron con ellos, y este capitán Nehaib convido a comer a todos los soldados españoles y les dieron de comer pájaros y huevos de la tierra”. Con Cortés, “se hace requisa de oro, se investiga a las personas, se les pregunta si acaso un poco de oro tienen, si lo escondieron en su escudo, o en sus insignias de guerra, si allí lo tuvieron guardado”. Y la denuncia del Obispo de Chuquisaca " Avrá quatro años que, para acabarse de perder esta tierra, se descubrió una boca del ynfierno por la qual entra cada año gran cantidad de gente, que la codicia de los españoles [europeos] sacrifica a su dios(dinero), y es una mina de plata que se llama Potosí".  Y el cura Morelos al decir al pueblo "Abrid los ojos americanos, no os dejéis seducir por vuestros enemigos; ellos no son católicos sino por política; su Dios es el dinero [...] ¿Creéis acaso que no puede ser verdadero católico el que no está sujeto al déspota español? ¿De dónde nos ha venido este nuevo dogma, este nuevo artículo de fe?"[68]. La conquista quedó así consagrada por el nuevo dios europeo de la Edad moderna o imperial: el dios dinero. La nueva religión e ideología del reino de dios era de “estar-en-la-riqueza”, este fue en verdad el dios con el que se evangelizo en la conquista, y fue el nuevo dios al que se le daría culto y se le ofrecería toda la sangre de América, para luego pasar al África negra y el Asia, y actualmente se inmolan o se le ofrecen al dios dinero las clases trabajadoras, la mujer, el niño, la persona dentro del vientre de la mujer, el anciano y el "pobre".
De esta manera se emprende la adoración a este dios/dinero que una vez que creyó destronar al dios Luterano en Alemania, y al dios de la cristiandad del medievo, dio rienda suelta a las pasiones, pues, sin un Dios que guié y prohíba, “todo se vuelve posible”. Valor supremo es el dinero, dinero que sobrepasa cualquier otra cosa, objeto u persona, este valor como punto fijo de toda estructuración axiológica de occidente, los valores occidentales hoy son puestos en duda gracias a su ineficacia y grotesca peculiar forma de aniquilar, sutil o descaradamente al hombre. Es así que los frutos que hoy se reciben no es otra cosa que el dinero como vocero y heraldo de lo bueno y lo malo, empero, la repulsión que se tiene por el Dios trascendental portador del no y del si, se hace cada vez más palpable, repulsión iniciada en la modernidad, impulsada por la burguesía ilustrada, hasta desencadenar un ateismo, ateismo que deja de creer en la riqueza de Dios pero cree en la riqueza del mundo. El ateo que niega al Dios totalmente trascendente, es el Yo egoísta occidental, es el pagano y el paganismo es una impotencia radical de salir del mundo, y es por eso por lo que sitúa a sus dioses en el mundo (dinero). Con el descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepúltamiento de las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias occidentales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista, que ama el dinero y lo sitúa como su dios en un monoteísmo fundamental. Este dios/dinero justifica la barbarie cometida en la conquista de América, origino la primera guerra mundial, al pelear las naciones por el reparto de las colonias y tierras de Asia, África y Oceanía, propicio el holocausto judío de la segunda guerra mundial, pues en ese momento los que tenían la hegemonía económica en Europa, y en especifico en Alemania: eran los judíos, incito las revueltas de cómo debía administrase el dios/dinero en   capitalismo, socialismo o comunismo, inicio la llamada “guerra fría” entre capitalistas encabezados por EE.UU. y socialistas representados por la U.R.S.S. la guerra de Vietnam, Corea del Norte, la revolución cubana, el muro de Berlín que dividía capitalistas de socialistas, son muestras de esto. Por otra parte la brutal guerra de descolonización de Asia y África, en donde países dominantes sometían y explotaban brutalmente a sus colonias sobretodo en Pakistán, y el estado de Bangladesh fruto de los conflictos por dinero, en África se evidencio esta pelea, -en especial- en el Congo Belga, Angola, Mozambique y Guinea Bissau, con la revolución de los Claveles contra Portugal. En la actualidad siguen las luchas por el dinero, la guerra por el llamado: oro negro o “petróleo”. Ésta búsqueda de riqueza justifica las múltiples guerras como: la del Golfo Pérsico, la guerra contra Irak, y la aún no resuelta, la guerra árabe-israelí que es el corazón de la región petrolera más rica del mundo.
El hombre puede vivir sin Dios pero no sin religión, explicaba Augusto Comte. De esta manera comienza la historia de la religión de un hombre que ama el dinero, En realidad, ha aparecido un nuevo dios: el oro, la plata, el dinero, pero disfrazado con otro nombre y bajo otra liturgia. Ahora los sumos sacerdotes son los ingleses y estadounidenses sus teólogos franceses (su éxodo la historia de emancipación burguesa de la tiranía del feudalismo y la Iglesia católica), su organización el "pacto industrial" que desde la metrópoli compraba cada vez más baratas las materias primas de las neocolonias. Este dios/dinero se reviste en la historia de la humanidad de nuevas palabras pero no dejan de ser adoración y religión del dinero. Sus emblemas y excusas ya no es la evangelización, ahora se llama ahora “cultura”, “progreso”, “libertad”, “ciencia”, “positivismo”, “materialismo”, “técnica”, “industria”, pero el pueblo de los indios, indígenas, campesinos, obreros suburbanos y marginados, sigue siendo inmolado a los nuevos “dioses”. “la violencia constituye el corazón verdadero y el alma secreta de lo sagrado”. Porque “es el dios el que reclama víctimas; sólo él en principio se satisface del humo de los holocaustos”. La inclinación hacia el dios/dinero, es decir, la acumulación originaria viene a desempeñar en economía política el mismo papel que desempeña en teología el pecado original. La acumulación inicial indica el hecho de que algunos acumulaban riquezas y otros acabaron por no tener ya nada que vender más que su pellejo: "De este pecado original arranca la pobreza de la gran mayoría, que todavía hoy, a pesar de lo mucho que trabajan, no tienen nada que vender más que sus personas.
El hombre de la modernidad apuesta en el dinero su vida, en un egoísmo planteado por la filosofía occidental que deja desnuda y lejana la relación con el prójimo, el otro sin su fundamento de inviolabilidad que le aporta Dios dueño del sí y del no (al que se cree haber matado), queda a la intemperie, en un pragmatismo frió e indiferente a la vida de un hombre que se ve como mercancía, y su valor se pondera en su utilidad e inutilidad, es así como las más grandes aberraciones, matanzas y genocidios son aceptados y justificados por una razón sin fundamento moral. El capitalismo es la gran religión del yo occidental, es la prostituta Babilonia, La globalización la propicio el capitalismo y el amor al dinero, que quiere enlazar a las naciones en relaciones económicas, pero que excluye a los otros inservibles. El dios dinero desglosa una antropología filosófica, el hombre es un Yo, solo, único, egoísta, pero sobretodo, interesado, y lanza un mandamiento “Amate a ti mismo por sobre todas las cosas, Te amaras a ti y solo a ti; con todo tu corazón; con toda tu mente y con todas tus fuerzas”, en esta preposición no existe lugar para el otro, -todos pueden morir menos el Yo-, el hombre así entendido se repliega en si mismo, en efecto, la muerte del otro es predecible, “no hay lugar para el otro en el Yo, la Totalidad” la muerte del otro, el otro/aborto, el otro/eutanasia, el otro/indigente, otro/pobre, otro/forastero, otro/prójimo es inminente y necesaria. La lejanía entre Yo occidental y el otro como prójimo semita se sitúan lejos de su comprensión ética, pero que en la muerte afirma el deseo de no morir, “Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este Mundo Tenebroso…”.
La religión y el orden social van de la mano, "la religión y el fundamento (Grundlage) del Estado son una y la misma cosa; son idénticas en y para sí [...]. Considerar la conexión existente entre el Estado y la religión es tema que trata adecuadamente la filosofía de la historia universal". El orden que sustenta la monarquía y el sistema feudal de la edad media, aceptaba que el gobernador era el soberano elegido por Dios para tomar ese puesto, es decir, era el designo de Dios que pone al rey en el trono para gobernar sin objeción alguna, en efecto, al derrocar el sistema feudal y monárquico por la burguesía, la religión fundamenta el Estado, empero, el dios que se adora es el dinero, y los que desean obtener un puesto en el Estado, lo que hacen es buscar una cartera, dinero, ejemplo claro son: las revoluciones que pretendían la libertad, igualdad, fraternidad y justicia terminaron siendo las más grandes tiranías que los mismos reyes monárquicos y los señores feudales. Si la historia nos revela la crueldad y tiranía de los conquistadores al tomar y tener el control en América, así mismo, ésta crueldad y tiranía es superada por los gobernantes de un América emancipada, así lo plasma Simón Bolívar al escribir una carta a un colega “He tenido el poder durante veinte años y no he sacado más que algunas conclusiones seguras. Primero, América es ingobernable para nosotros. Segundo, aquel que hace una revolución labra la mar. Tercero, la única cosa que se podría hacer en América es emigrar. Cuarto, este país caerá infaliblemente en las manos de pequeños tiranos”, la mayoría de revolucionarios que se sublevan ante las desigualdades, terminan siendo incluso más tiranos que los del antiguo régimen. El dios/dinero y su religión corrompen al neófito adorador y a sus sacerdotes. Este dios/dinero aunado al Yo Único occidental exige sacrificios. Al absoluto se le ofrece algo en signo de reverencia, honor, respeto. Lo ofrecido se destruye (se mata el animal, se quema el fruto) para significar que es sólo propiedad de la divinidad, La sangre del otro/prójimo es el culto que se le ofrece al dinero, de ahí, la constate justificación de la muerte del otro, por dinero se mata, se desprecia, se humilla, se aniquila, se secuestra, se roba, -como cual cobarde que asesina por la espalda-.
El dinero es el dios que dicta lo bueno y lo malo, lo bueno es lo que produce ganancias y lo malo es lo que hace perdidas económicas, “La totalidad/dinero es entendida como un orden global que viola al individuo, midiéndolo bajo el criterio de su aportación útil al conjunto”.el otro/necesitado se muestra como estorbo, como la desaportación al conjunto, tanto en la producción económica, como en lo social, político y ético, y por lo tanto inservible, desechándole, molesto e incomodo, en efecto, las clínicas de abortos asesinan al otro/indefenso por su inutilidad, desprecio a su capacidad de pedir y ser molesto, el dinero exige su culto en su sangre derramada, se mata por dinero, la fabricación de armas, de condones, de sustancias nocivas legales por amor al Dinero y su culto es el otro devorado por el dios/dinero que exige su sangre; es la necesidad de justificar la muerte del otro lo que impulsa el amor al dios/dinero; por eso, explicaba Sepúlveda al tener que justificar la muerte del nativo americano que obstaculizaba el afán de riqueza de los españoles, “El ser naturalmente inferior es el otro(…) La determinación de lo que es humano y no, no es otra cosa que la determinación del hombre occidental, que deviene el paradigma absoluto de la humanidad.  Esta ausencia de Dios origina ésta crisis ontológica que deriva en la confusión más radical que existe en el hombre, de ahí la frustración de Sartre que se resigna al afirmar que la verdad es imposible de alcanzar por la razón y que lo único que tiene el hombre es la libertad, es decir, ¿Cuál es el valor del hombre? y todavía más profundo ¿Qué es el hombre? ¿Por qué obrar el bien? queda para el pensamiento occidental como lo sin respuesta, la expresión que pone más en evidencia esta crisis nos la aporta -el asesino de Dios-, el propio Federico Nietzsche: “Nosotros los que conocemos nos desconocemos a nosotros mismos”. La contemplación solipsista del ser y su muerte, sin un Dios se representa como la nihilidad total, y la permanencia del ser helénico, es el circulo que no conduce a nada y lo único seguro es que aguarda la muerte, ésta afirmación es la declaración de occidente, el hombre es el ser para la muerte de Heidegger, Freud y Sartre, el dios del mundo y en el que se refugia el hombre es el dinero, es decir, si la muerte es el fin trágico del hombre el dinero aporta sentido a la vida egoísta del ser más solitario del mundo, y, el amar al dinero es lo que más hace olvidar ese fin trágico y lúgubre, quedando la relación con los otros/prójimos como fría, absurda, y se declarar como lo sin respuesta, la relación con el otro sólo depende de su utilidad y las ganancias que aporte y lo inútil debe ser aniquilado.
El haber subido en un pedestal al dinero/dios los frutos no dejan de ser evidentes, en efecto, en un mundo que se deja guiar y regir por esta deidad, postula que lo verdaderamente valioso en y por si mismo es el dinero, -cuánto tienes, cuánto vales- en esta frase se resume lo que se puede considerar digno en un mundo en el que reina el dinero, es por eso, que la dignidad y el valor del hombre en cuanto hombre no existe, queda oculto a los ojos del que ama y sirve a este dios, la dignidad del hombre queda reducida en la concepción de un hombre-cosa, hombre-mercancía que se vende o se mide de acuerdo a su utilidad a la totalidad. Sí el hombre es tratado como fin en si mismo o como medio, cae sin alternativa alguna de reducirlo a un utilitarismo, Kant ha fracasado y junto con el todo el humanismo occidental, en donde la realidad sobrepasa a las teorías éticas o humanistas, en donde el hombre no ve por el hombre, sino por su interés y su egoísmo. El Ser es interés, es Egoísmo. El hombre nunca a dejado de ser religioso, siempre ha adorado a un dios/fetiche, que le da seguridad, consuelo, sentido, protección, pero que en su soberbia se ha declarado ateo, el ateismo más radical es de aquel que aún creyendo que no cree, adora irónicamente a un dios que aún no ha descubierto, y además inconscientemente da culto en cada negación que hace al otro que amenaza en su proximidad de pedir aunque sea un pedazo de pan. El verdadero ateismo: es de aquel que niega la adoración del dios/dinero, este ateismo debe ser practicado en todo el occidente, para ser un buen ateo. Este párrafo entiende muy bien, el verdadero sentido del ateo ideal que preciso dar a conocer, que pinta para la actualidad el ideal de vida y los rasgos del verdadero ateo y filósofo: “Aquel que ha llegado a formar parte de esta minoría (…), y que por otra parte ha percibido bien la demencia de la multitud... y a la manera del caminante que, sorprendido por una tempestad, se arrima a un paredón para resguardarse de la tromba de polvo y agua empujada por el viento... se da por satisfecho si puede él vivir, limpio de injusticia y de acciones impías, esta vida de aquí abajo, y salir de ella, cuando le toque salir, en la serenidad de la buena conciencia y con la hermosa esperanza”.DINERO

viernes, 6 de diciembre de 2013

Política del buen Chingar: Una perspectiva de la imposibilidad del bien común en México


Hablar de política siempre es complejo, y cuando se piensa de política en México viene a la mente corrupción, fraude, traición, escepticismo y resignación, en efecto que se entiende por política. La etimología de política viene de Poli que es ciudadano e  ika que es relativo a, lo relativo a los ciudadanos, desde un punto de vista más real es la búsqueda del bien común. Aristóteles definía al hombre como un zwon Politikon, animal político, en definitiva describía el Estagirita al hombre como un hombre social que no puede estar solo, la soledad no es propia de los humanos, es decir, la soledad antropológica seria la negación ontológica de la existencia, el miedo a no-ser, a perder contacto con lo real, seria la ausencia de alteridad, es la necesidad de estar con-los-otros lo que acentúa nuestra humanidad.
Para establecer una política se requiere definir bien los planteamientos en los que se pueden dar las relaciones interpersonales, es decir, la relación con los otros ciudadanos: la amistad, la familia, el matrimonio, la visión del mundo de cada cultura y que se entiende en cada cultura por hombre. La cultura occidental demarca un gran problema desde los inicios de su cultura para el bien común, ya Aristóteles en su ética eudemia pones las bases de la imposibilidad de la amistad, ya que la consideraciones para el perfecto y buen amigo son imposibles, las relaciones humanas son esencialmente interés. Los helénicos jamás pudieron resolver la búsqueda del bien común y los interés individuales, a estas consideraciones llega Tomas Hobbes y su política escéptica en la afirmación de “homo homini lupus” y la máxima expresión de esta imposibilidad es la afirmación de Jean Paul Sartre: El infierno es el Otro, como conciliar el bien común y satisfacer los intereses y bienes propios, de esto Richard Rorty emprenda su búsqueda de la felicidad social a partir de la indignación social, pero queda fracturada su postura al encontrar mayor ambición que compasión social. La política se torna un problema que Aristóteles proponía desde su ética eudemonista, el fin de todo acto humano es la felicidad ¿la felicidad es individual o es común?
 El fin de la política es la felicidad de los ciudadanos ¿Cómo se puede llegar a que todos los ciudadanos logren ser felices? ¿Satisfaciendo todas sus necesidades materiales? ¿Educando mejor? y ¿si todos son felices se llegaría a un absurdo y sin sentido social? A todo esto compete muy necesariamente definir la categoría: hombre. En el debate de Bartolomé de las Casas y Sepulveda, este ultimo hacia una muy curiosa afirmación: Todo lo que es hombre o no es hombre viene del paradigma universal del hombre occidental (europeo). De tal suerte que el indígena no puede ser de ninguna manera un Hombre. Antropos: El que contempla el cielo etimología que significa el que admira, se asombra, de esto se definiría que hombre es un ser racional, o un ser material que trasciende y se perfecciona por su trabajo, o un ser racional de naturaleza relacional, etc., estos son los planteamientos y problemas a nivel mundial mi discurso busca encontrar una respuesta en una sola cultura que me compete y me llama, porque en ella vivo y me desenvuelvo, porque ella misma me invita a mejorarla, la cultura mexicana, profundizar en ella, esbozarla, criticarla y mejorarla ¿Qué es la política para México? ¿Cuál es la visión del mundo para los mexicanos? ¿Cómo se entiende el mismo, a los demás y cómo se define? Preguntas fundamentales que son necesarias indagar, responder y debatir.
Hace más de 79 años que Samuel Ramos indago en la psicología mexicana, también Octavio Paz hace más de 60 años que indago más crudamente la mentalidad del mexicano con su Laberinto de la Soledad, y Leopoldo Zea en su libro La filosofía en americana como filosofía sin más, nos muestra que México esta fuera de la historia universal, y cada vez se muestra México más anárquico, más violento, más agresivo, su política retrocede a una política opresora y de imposición, burla los cánones de vida social autentica y digna, la pobreza, ignorancia, obesidad, crimen, corrupción y retraso cultural reinan como en los días de postrevolucion mexicana, a todo esto ¿Qué piensa el mexicano? Y ¿Qué hace? Intentare resolver estas cuestiones, empezando a fundamentar criterios propios de nuestra cultura.
Cuantas veces no se escuchan voces populares que aplican descarnadamente en nuestra sociedad: el que no tranza no avanza, el país en el que todo es posible, cuánto tienes cuánto vales, etc., frases populares que vienen de una experiencia ancestral, vestigios históricos que siguen lastimando, fantasmas que en pleno siglo XXI siguen atormentando, los tres autores enfatizan la historia de México como una historia viviente, que aún late, que aún se siente, que todavía lastima, hiere, su solo recuerdo trae sentimientos de frustración, odio, resentimiento, indignación, la vida actual mexicana viene marcada por los traumas de la infancia, del nacer de su historia, como un hombre adulto que no supera el maltrato en su infancia o el divorcio de sus padres, de esa manera vive todavía el sentir o la cultura mexicana, la historia dicta que México es un país vencido, ultrajado, engañado, violado, desgarrado, mermado, oprimido, subyugado, esclavizado, quedando a merced de un fiero y desgraciado conquistador, en fin, una país conquistado, esto recae en un sentimiento frustrado, de fracaso, de menosprecio hacia si mismo y hacia su raza, moral de esclavo, moral de oprimido, moral de siervo, moral de sometido, (esto me recuerda a la fabula del elefante encadenado de Jorge Bucay), la domesticación por la fuerza de una personaje antagónico en la historia de México marca hasta el día de hoy a toda nuestra cultura, dos categoría surgen en consecuencia de estas heridas: Miedo y Recelo, miedo a todo aquel que tiene poder, incluso un poder ficticio como el de la raza, se piensa que la raza mexicana es fea, o fracasada que la raza blanca europea es el paradigma de belleza y triunfo, y Recelo, esto surge de la falta de confianza o temor que se siente hacia sus semejantes, cada mexicano que esta cerca de ti, puede ser un traidor, un delator, de esta manera surge la envidia del triunfo y la alegría de las malas noticias de los otros. Las malas noticias consuelan la miserable vida de conquistado, y el triunfo del otro corroe la envidia, pues, no se acepta que otro conquistado trascienda las barreras de la opresión y él se siga quedando en las cadenas de la frustración. Vestigios históricos que lastiman y no permiten vivir.
Se tiene un exagerado respeto por el amo, opresor, el conquistador, acostumbrado al maltrato, cerrado, desconfiado, solo aparenta estar bien, ser educado, apariencias que se desvanecen cuando esta con sus semejantes, la historia de México ha mostrado que el poder, la violencia y la fuerza son las constantes para sobresalir, de ahí la tajante distinción de ricos y pobres, el rico mantiene las constantes de poder y el pobre contiene las constantes de sometido y domesticado, subsumido y humillado. La famosa psicología servil que se evidencio en la época colonial-hacendaria, todavía existe una gran psicología servil, la educación profesional mexicana es una educación sometida, obrero, empleado, el fin de la educación es un trabajo, educación servil, dividida en amo y esclavo, rico y pobre.
En la política mexicana nunca ha faltado el abuso del poder, el uso de la violencia, los fraudes, la compra de votos, jugar con la pobreza y necesidad humana para asegurar los votos, esto hace que en el sentimiento mexicano en cuanto a política sea escéptico y resignado, incredulidad ante la legalidad y respeto hacia su voto, y un pesar frustrado cuando se elige a un dirigente, frases como: “ya para que voto si ese va a quedar”, “ni modos vamos a ver que hace en su sexenio, a ver cuanto roba y como nos chinga”. México es el país que fomenta la ignorancia, un país de ignorantes no opone resistencia cuando es gobernado y se divide rápidamente, quedado fraccionado en tantos sectores que es muy difícil unirlo.
El mexicano no acepta ni supera su pasado, como cuando un trauma de la infancia marca la edad adulta, y no se da cuenta de que lo que importa es el presente, un presente con el cual no sabe que hacer, una vida que no sabe en que ocupar, mas que en lamentarse y ver como triunfan los demás, heridas que aún sangran, palabras que aún hieren, sometidos al poder de la negación, vendidos a las ideas de “no se puede” traumados “de sentirse menos”, sus palabras más prohibidas son palabras resentidas, llenas de impotencia ante una historia que sometió y humillo, contra un pasado que no olvida, un taparrabo psicológico del cual no se puede deshacer, enemigo fantasmagórico del cual ni el mejor exorcista puede ahuyentar. Como el pueblo mexicano fue torturado, humillado y asesinado, es muy común que el mexicano se desprecie así mismo, porque el mismo se ve como consquistado, perdedor, vencido, sentimientos que afloran cuando un mexicano se le dice Indio, o cuando un mexicano gana algo es símbolo de festejo, pues el vencido por fin vence, en el fondo el mexicano busca un regazo, un refugio, un consuelo para los débiles y los vencidos. La religión en México fue esa voz que suaviza las penurias, que reconforta y que ayuda a aceptar su condición de oprimido, pero no impulsa a superar esa condición.
Chingar es una palabra mexicana, es una palabra de mal, hiriente, ofensiva, punzante, resentida, amarga, palabra prohibida que brota cuando las circunstancias son hostiles, carentes, de impotencia, de resignación y frustración, palabra maldita, que es la manera en que el mexicano maldice. Chingar tiene tantas anfibologías, una gama tan inmensa de polisemias que no se logra comprender del todo. La idea de la palabra chingar es idea de fracaso, acciones frustradas, malestar, burlar, perjudicar, idea de agresión en todos los ámbitos, incomodar, picar, violar, desgarrar, matar, violencia, herir, destruir, es “Salir de si mismo y penetrar por la fuerza en otro, es la máxima expresión de un individualismo llevado al extremo”.
Chingón: es exitoso en los negocios, política, en el crimen, con las mujeres, en el trabajo. Persona que sabe burlar, penetrar, herir por la fuerza y salir victorioso.
Se chingo: cuando algo o alguien se destruye, se frustra, no llega a su fin, a buen termino, pierde su valor, se desgasta.
Hizo una chingadera: Ejecuta mal una acción, una orden, hace obras malas o estúpidas, señal de estupidez al actuar, de ineptitud.
Chingar a una mujer: El acto sexual es cuando puedes poseer a una mujer sin amarla, sin sentir nada por ella, mas que un impulso de querer saciar la pasión o apetencia sexual, engañar, seducir, violar, instigar, acosar hasta ejecutar el fin sexual, que la mujer seda, acepte, por medio de trucos, engaños, jamás se hace con el verdadero y sincero consentimiento de la mujer, acto cruel y cínico que arranca una risa de satisfacción resentida. Es hacer violencia con el otro.
De aquí el acto machista de querer chingar, que se manifiesta perfectamente con el albur mexicano, el sui generis del albur es hacer que el otro quede como mujer, ante un hombre “macho” que se la chinga. “paloma échame” “plátano chupas”. El perdedor en el albur es la mujer chingada.
Chingar es activo, es acto, y chingado (a) es pasivo, es potencia, de aquí que no es lo mismo “chingar que ser chingado”. Cruel e inmisericorde dialéctica en donde no hay compasión ni piedad, es el absurdo de los valores, en donde aquel que tiene principios y honor es un pendejo.
Para el mexicano la vida es una oportunidad de chingar o de ser chingado, de humillar, hacer fracasar, violentar para beneficio propio o todo lo contrario. La vida social es una guerra y se hace divisiones: fuertes y débiles, ricos (chingan) y pobres (que son chingados), chingones sin escrúpulos, duros, crueles y chingados vulnerables, expuestos, violentados y sufridos, y esto alcanza hasta nuestros dirigentes que chingan a sus semejantes y al mismo tiempo se dejan chingar por aquellos que son más que ellos, por las grandes potencias y empresas transnacionales. En efecto, las personas que valen en México son las chingonas no las que tienen principios y valores.
El verbo chingar se hace muy presente en todos los mexicanos, verbo latente que se manifiesta en la primera oportunidad de hacerlo, verbo maldito, mentiroso y homicida, hace del mundo mexicano una selva, una ley del más fuerte, en el mundo de chingar los valores son los que menos importan, se usan aquellas mañas para salir adelante, para sacar beneficio propio: el soborno, lambiscón, compadrazo, la corrupción, la estafa, el engaño y la mentira, es el infierno mexicano en vida.
La hombría es algo que no puede faltar, un mundo en donde nadie se abre o se raja, o de lo contrario atenta contra su hombría y se la atribuye cobardía, homosexualidad, femineidad. Algo fundamental es saber qué es la chingada.
Vete a la Chingada: Es lugar de cosas rotas, de violaciones, de cobardes y estúpidos, lugar dirigido a extranjeros o a malos mexicanos, lugar imaginario rico en miseria y maldad, es el infierno mexicano.
Chingada: Mujer violada, desgarrada, engañada, abusada, violentada, burlada por la fuerza. Fue una violación en la carne misma de los indios. Malinche mujer fascinada, seducida y violada por los españoles. Malinchismo: sentimiento de un hijo de abandono y traición de una madre que lo hace por su amante.
Hijo de la chingada: Hijo de esta mujer. La mujer en México siempre representa a una chingada y el hombre siempre refleja autoridad, capacidad de sometimiento, respeto, capacidad de Chingar.
Chingar o ser chingón:  Es el olvido de todos los valores, es la destrucción de los valores nietzschiana, es el individualismo llevado al extremo, la búsqueda del bien propio sin importar la violación de los demás, es el egoísmo extremo que olvida a sus semejantes y ahoga sus gemidos en la comodidad y placer propio.
La nostalgia de chingar se da en una dialéctica que no goza de síntesis, todo se bate en una guerra de fuertes y débiles, los que ejercen fuerza sobre los que están expuestos a ser ultrajados, el chingar se manifiesta en el machismo, epifanía voraz de una repulsión hacia si mismo y hacia los demás, necesidad devoradora de personas y de bienes incapaz de satisfacerse. El Macho mexicano es agresividad, impasibilidad, invulnerabilidad, uso descarnado de la violencia. Absurdo actuar que demuestra su poderío sobre el más débil, libertad desmesurada en una voluntad devoradora de leyes y de reglas, con la única finalidad de demostrar su invulnerabilidad: golpear a una mujer, golpear a sus hijos pequeños, engañar para violar, ingerir alcohol hasta embrutecerse y no caer, indiferencia hacia lo que engendra, sin compasión ni relación ni compromiso con el mundo exterior.
El egoísmo que mana de esta condición viene de un sentimiento de superioridad, esa desligación del mundo exterior y ese ensimismamiento en sus intereses, placeres y necesidades, un Macho toma lo que plazca y lo desecha cuando quiere: “El mexicano ni es indio ni es español, es un hombre que reniega de sus raíces y de su pasado y se proyecta al futuro sin saber de donde viene, lo único que lo mantiene cuerdo es el absurdo de ser Macho-Conquistador español, y con el sentimiento de poder si autoridad en el verbo cotidiano “Chingar”.
Se gusta de resaltar las tradiciones mexicanas mas no en la manera que fue la conquista, no se puede sanar esta herida que sangra hasta el día de hoy, y se manifiesta en toda nuestra cultura: Desde la mentalidad de sometimiento y servicialidad de obrero hasta la manera de morderse (chingarse) unos a otros, conflicto interno que lleva siglos.
El origen del homicidio y la violencia se da en un “Yo”, un “Yo” occidental que se descubre como una preocupación de ser en un ser consiente de su muerte. En la estructuración de la sabiduría occidental y su tradición se construye en la idea de un “Yo” y sus intereses: “yo pienso”, “yo quiero”, “yo busco”, “yo debo”, “yo puedo”, “yo soy” (expresiones tan admiradas por Kant, Hegel, Heidegger y Husserl), de aquí el sentimiento de individualidad y soledad en la edificación milenaria que Nietzsche y Sartre esbozan  y descubren a la perfección el verdadero ser del mundo occidental (Un súper hombre, un súper Yo y un ser que descubre un infierno en los otros). Un mundo ensimismado que no puede dejar de verse a si mismo y esta cosmovisión es heredada a los países occidentalizados. En el mundo del “Yo” lo otro es imposible racionalizar, lo que existe soy yo, mis necesidades y preocupaciones por resolver, esto permite usar la razón para sistematizar y justificar sus actos, herencia de muerte, miseria, violencia y crueldad, en efecto, todo intento de ética y política es imposible. El “chingar” mexicano es una herencia occidental, irónicamente pensamos que eso es la sabiduría, la sabiduría occidental es lo verdaderamente racional y humano. El hombre se debate entre buscarse a si mismo o desprenderse de si para ver por los otros.
Levinas expone la radicalidad de la imperatividad ante el descubrimiento del otro, no soy yo el único que sufre, existen otros que sufren igual o peor que yo, el desprendimiento del Yo y su totalidad enfrascada en yo pienso, yo existo queda desmembrada ante un rostro que no es el mío y que me exige cuidarlo, amarlo y responder por El, ante el descubrimiento de otro que esta frente a mi me obliga a cuidarlo, y en ese cuidado me cuida a mi ¿Cómo es posible esto? Los hijos están al cuidado de los padres y es en ellos que el olvido total del querer ser queda sin importancia, pero es por ellos que no se deleita en los deseos particulares, tal vez embriagarse, fumar, momentos de placer que se enfrascan en un egoísmo radical de si, lo otro que esta fuera de mi, me obliga a querer el bien, ya no para sino para un TU, lo expresa de una manera genial J, Giraldo “ya no soy yo, ya no es por mi, ya no es conmigo ni para mi, ahora eres tu, ahora es por ti, ahora es contigo y para ti, me haz declarado una guerra de ternura y compasión que solo me queda decir ¡me rindo!”, el individualismo exacerbado de occidente ha llevado al mexicano a llevar una ley de Herodes, difícil subsistir en un mundo sin sentir compasión ni esperanza.Octavio Paz