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Con lo planteado anteriormente
queda responder una pregunta ¿Qué es lo más bello en este mundo? Algunos podrán
decir: Dios, la naturaleza, las estrellas, el cuerpo humano, los autos, etc.,
para mi es claro “la mujer”, en efecto, lo
único que puede detener a un hombre es Dios y una mujer, el primero por su
poder la segunda por su belleza, las historias mitológicas, clásicas y bíblicas
así nos lo demuestran, desde Helena de Troya, Megara de Hércules, Dalila de Sansón,
Betzabeth y David, salomón por sus idolatrías por mujeres, Josefina y Napoleón,
etc., toda ella despliega belleza y seducción, desde el cabello, pestañas,
cejas, ojos, nariz, boca, senos, glúteos, piernas, es por eso que esta belleza
comercializada es muy efectiva porque todos la quieren, empero, desde antiguo
se pensaba que toda ella era tentación y pecado, pues para un hombre podría ser
la esencia más adictiva que las mismas drogas, en esa medida se le limito mucho
y se le negó todo, porque podría gobernar al mundo con su hermosura, en efecto,
una mujer que niega su belleza no deja de ser mujer pero claudica su esencia.
Lo que más molesta a un varón es
una mujer que piense, que cuestione, se prefiere una mujer que sea bella y que
inspire como una musa, desde una fenomenología muy seca se podría decir que la
belleza de la mujer está creada para manipular, gobernar y recrear un mundo
hecho por hombres.
No existe nada mejor en este
mundo para un varón que deleitarse en la belleza de una mujer, por eso nos
empeñamos tanto en poseerla, retenerla, el increíble espectáculo de la belleza femenina
pareciera que flota, que tiene levedad, que nos eleva de su gracia hasta
olvidar todo y refugiarse en ella, parece ser que la etimología de varón y
mujer están mal, Mujer (mulier) es fragilidad, blandura y varón (vir) es
fuerza, en realidad ellas son nuestra fuerza y nosotros nos volvemos frágiles ante
su presencia.
Desde aquí me es imposible pensar
la homosexualidad como algo racional.
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