Imagen tomada de Corbis |
¿Por qué algunas
personas son felices con cualquier cosa y otras no pueden serlo, a pesar de
tenerlo todo?
Es cierto, que existen personas que nacen con una predisposición a la felicidad.
Sin embargo, durante la vida aprendemos a ser felices o a ser infelices.
Cuando somos pequeños, no nos damos cuenta de ese aprendizaje.
Aprendemos a ser felices o infelices, no sólo a partir de las experiencias que vivimos, sino de la forma en que los adultos nos enseñan a vivirlas y a vivir cualquier tipo de problemas.
Si nuestros padres o uno de ellos, viven quejándose, fijándose sólo en el aspecto negativo de las cosas, sintiéndose derrotados o agobiados ante los problemas y dificultades, etc., probablemente nosotros actuemos de la misma manera.
Si por el contrario, ellos son personas positivas que siempre ven el lado "bueno" de todo lo que les sucede, resuelven los problemas con entusiasmo, confiando en obtener éxito, disfrutan de la vida, ríen con frecuencia, son personas activas, etc., no importa cual es nuestra carga genética, si aprendimos de ellos, seremos felices.
¿Esto quiere decir que si actualmente somos infelices, así tenemos que seguir siendo siempre?
No.
Quiere decir, que así como aprendimos una actitud, podemos aprender una diferente, que sustituya aquella que nos hace sufrir.
No podemos evitar el sufrimiento, que es parte de la vida.
Pero podemos enfrentarlo con una actitud adecuada y superarlo o podemos vivirlo con una actitud inadecuada y aumentarlo.
Ser feliz no significa vivir en la carcajada en todo momento.
Eso es imposible.
Ser feliz es un estado de bienestar general, basado en sentimientos de paz y armonía internas, autoestima y satisfacción personal, en el que los momentos positivos superan a los negativos y los logros predominan sobre los fracasos y en el que nuestra vida tiene un sentido y un significado.
Esto depende de nosotros y si no lo tenemos, trabajando adecuadamente, lo podemos obtener.
Es cierto, que existen personas que nacen con una predisposición a la felicidad.
Sin embargo, durante la vida aprendemos a ser felices o a ser infelices.
Cuando somos pequeños, no nos damos cuenta de ese aprendizaje.
Aprendemos a ser felices o infelices, no sólo a partir de las experiencias que vivimos, sino de la forma en que los adultos nos enseñan a vivirlas y a vivir cualquier tipo de problemas.
Si nuestros padres o uno de ellos, viven quejándose, fijándose sólo en el aspecto negativo de las cosas, sintiéndose derrotados o agobiados ante los problemas y dificultades, etc., probablemente nosotros actuemos de la misma manera.
Si por el contrario, ellos son personas positivas que siempre ven el lado "bueno" de todo lo que les sucede, resuelven los problemas con entusiasmo, confiando en obtener éxito, disfrutan de la vida, ríen con frecuencia, son personas activas, etc., no importa cual es nuestra carga genética, si aprendimos de ellos, seremos felices.
¿Esto quiere decir que si actualmente somos infelices, así tenemos que seguir siendo siempre?
No.
Quiere decir, que así como aprendimos una actitud, podemos aprender una diferente, que sustituya aquella que nos hace sufrir.
No podemos evitar el sufrimiento, que es parte de la vida.
Pero podemos enfrentarlo con una actitud adecuada y superarlo o podemos vivirlo con una actitud inadecuada y aumentarlo.
Ser feliz no significa vivir en la carcajada en todo momento.
Eso es imposible.
Ser feliz es un estado de bienestar general, basado en sentimientos de paz y armonía internas, autoestima y satisfacción personal, en el que los momentos positivos superan a los negativos y los logros predominan sobre los fracasos y en el que nuestra vida tiene un sentido y un significado.
Esto depende de nosotros y si no lo tenemos, trabajando adecuadamente, lo podemos obtener.
Elementos
necesarios en el aprendizaje
de la felicidad.
Ser
felices, es un estado de ánimo producto de una actitud elegida por nosotros.
Con mayor o menor consciencia, nosotros elegimos cómo queremos vivir nuestra vida.
Por eso podemos elegir, aprender a ser felices.
Para ello necesitamos:
Con mayor o menor consciencia, nosotros elegimos cómo queremos vivir nuestra vida.
Por eso podemos elegir, aprender a ser felices.
Para ello necesitamos:
1. Aprender
a:
·
valorar el mundo que nos rodea,
·
poner nuestra atención en los aspectos positivos y
·
saborearlos.
2. Enfrentar
los problemas y el sufrimiento con una actitud positiva, sabiendo que son
pasajeros y que podemos aprender de ellos.
3. Vivir
en el momento presente,
4. Conocernos
a nosotros mismos para evitar conflictos internos,
5. Fortalecer
nuestra autoestima.
6. Desarrollar
un optimismo realista, es decir, basado en la convicción de que las situaciones
que estamos viviendo, siempre van a darnos un resultado positivo, si sabemos:
·
enfrentarlas adecuadamente y
·
percibirlas objetivamente.
¿Qué
hacer?
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El primer paso es saber qué te gusta.
En ocasiones estamos descontentos y ni siquiera sabemos por qué.
Quizás sabemos lo que no queremos o lo que no nos gusta, pero no siempre
sabemos lo que nos causaría verdadera satisfacción.
Averígualo.
Prueba diferentes actividades, retoma intereses que abandonaste hace muchos
años, aprende nuevas cosas y descubre qué es lo que actualmente te da
satisfacción.
Desarrolla diferentes intereses.
La variedad es sumamente importante.
Nuestro cerebro se acostumbra a una sola actividad y podemos caer en la
monotonía.
Rompe con la rutina y desarrolla tu creatividad.
Una vida variada e interesante es más satisfactoria, rica y feliz, que una vida
predecible y sin ninguna variedad.
Busca actividades en las que realmente te involucres de forma tal, que el mundo
a tu alrededor deje de existir.
Cuando lo logres, disfrutarás de una sensación de paz y bienestar muy especial.
Trata de promover la risa y el buen humor en tu vida diaria.
Busca en libros, películas, con amigos, en Internet, etc., momentos de
diversión y alegría.
No compres los problemas de los demás.
Recuerda que la felicidad es una opción
personal.
Tú no puedes hacer felices a otras personas y ellos no pueden hacerte feliz a
ti.
Pueden compartir ciertos momentos y ayudarse, pero cada quien es responsable de
sí mismo.
Tú eres responsable de tú propia felicidad y de las decisiones que tomas cada
momento.
Cuida tu cuerpo y tu salud.
Mucha de nuestra infelicidad está relacionada con enfermedades, molestias físicas
y problemas que podemos evitar con un estilo de vida sano.
Aprende a manejar tus emociones negativas, para no ser manejado por ellas.
Muchas veces quedamos atrapados en el coraje, resentimiento, depresión, etc. y
pasan los años sin que podamos salir adelante.
No te desgastes inútilmente, ni sufras innecesariamente.
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