Hablar
de política siempre es complejo, y cuando se piensa de política en México viene
a la mente corrupción, fraude, traición, escepticismo y resignación, en efecto
que se entiende por política. La etimología de política viene de Poli que es ciudadano e ika que es relativo a,
lo relativo a los ciudadanos, desde un punto de vista más real es la búsqueda
del bien común.
Aristóteles definía al hombre como un zwon Politikon, animal político, en definitiva describía el Estagirita al hombre
como un hombre social que no puede estar solo, la soledad no es propia de los
humanos, es decir, la soledad antropológica seria la negación ontológica de la
existencia, el miedo a no-ser, a perder contacto con lo real, seria la ausencia
de alteridad, es la necesidad de estar con-los-otros lo que acentúa nuestra
humanidad.
Para
establecer una política se requiere definir bien los planteamientos en los que
se pueden dar las relaciones interpersonales, es decir, la relación con los
otros ciudadanos: la amistad, la familia, el matrimonio, la visión del mundo de
cada cultura y que se entiende en cada cultura por hombre. La cultura occidental
demarca un gran problema desde los inicios de su cultura para el bien común, ya
Aristóteles en su ética eudemia pones las bases de la imposibilidad de la
amistad, ya que la consideraciones para el perfecto y buen amigo son
imposibles, las relaciones humanas son esencialmente interés. Los helénicos jamás pudieron
resolver la búsqueda del bien común y los interés individuales, a estas
consideraciones llega Tomas Hobbes y su política escéptica en la afirmación de
“homo homini lupus” y la máxima expresión de esta imposibilidad es la
afirmación de Jean Paul Sartre: El
infierno es el Otro, como conciliar el bien común y satisfacer los
intereses y bienes propios, de esto Richard Rorty emprenda su búsqueda de la
felicidad social a partir de la indignación social, pero queda fracturada su
postura al encontrar mayor ambición que compasión social. La política se torna
un problema que Aristóteles proponía desde su ética eudemonista, el fin de todo
acto humano es la felicidad ¿la felicidad es individual o es común?
El
fin de la política es la felicidad de los ciudadanos ¿Cómo se puede llegar a
que todos los ciudadanos logren ser felices? ¿Satisfaciendo todas sus
necesidades materiales? ¿Educando mejor? y ¿si todos son felices se llegaría a
un absurdo y sin sentido social? A todo esto compete muy necesariamente definir
la categoría: hombre. En
el debate de Bartolomé de las Casas y Sepulveda, este ultimo hacia una muy
curiosa afirmación: Todo lo
que es hombre o no es hombre viene del paradigma universal del hombre
occidental (europeo). De tal suerte que el indígena no puede ser de ninguna
manera un Hombre. Antropos: El que contempla el cielo
etimología que significa el que admira, se asombra, de esto
se definiría que hombre es un ser racional, o un ser material que trasciende y
se perfecciona por su trabajo, o un ser racional de naturaleza relacional,
etc., estos son los planteamientos y problemas a nivel mundial mi discurso
busca encontrar una respuesta en una sola cultura que me compete y me llama,
porque en ella vivo y me desenvuelvo, porque ella misma me invita a mejorarla, la cultura mexicana, profundizar en ella, esbozarla,
criticarla y mejorarla ¿Qué es la política para México? ¿Cuál es la visión del
mundo para los mexicanos? ¿Cómo se entiende el mismo, a los demás y cómo se
define? Preguntas fundamentales que son necesarias indagar, responder y
debatir.
Hace
más de 79 años que Samuel Ramos indago en la psicología mexicana, también
Octavio Paz hace más de 60 años que indago más crudamente la mentalidad del
mexicano con su Laberinto de
la Soledad, y Leopoldo Zea en su libro La
filosofía en americana como filosofía sin más, nos muestra que México esta
fuera de la historia universal, y cada vez se muestra México más anárquico, más
violento, más agresivo, su política retrocede a una política opresora y de
imposición, burla los cánones de vida social autentica y digna, la pobreza,
ignorancia, obesidad, crimen, corrupción y retraso cultural reinan como en los
días de postrevolucion mexicana, a todo esto ¿Qué piensa el mexicano? Y ¿Qué
hace? Intentare resolver estas cuestiones, empezando a fundamentar criterios
propios de nuestra cultura.
Cuantas
veces no se escuchan voces populares que aplican descarnadamente en nuestra
sociedad: el que no tranza no
avanza, el país en el que todo es posible, cuánto tienes cuánto vales, etc., frases populares que vienen de
una experiencia ancestral, vestigios históricos que siguen lastimando,
fantasmas que en pleno siglo XXI siguen atormentando, los tres autores
enfatizan la historia de México como una historia viviente, que aún late, que
aún se siente, que todavía lastima, hiere, su solo recuerdo trae sentimientos
de frustración, odio, resentimiento, indignación, la vida actual mexicana viene
marcada por los traumas de la infancia, del nacer de su historia, como un
hombre adulto que no supera el maltrato en su infancia o el divorcio de sus
padres, de esa manera vive todavía el sentir o la cultura mexicana, la historia
dicta que México es un país vencido, ultrajado, engañado, violado, desgarrado,
mermado, oprimido, subyugado, esclavizado, quedando a merced de un fiero y
desgraciado conquistador, en fin, una país conquistado, esto recae en un
sentimiento frustrado, de fracaso, de menosprecio hacia si mismo y hacia su
raza, moral de esclavo, moral de oprimido, moral de siervo, moral de sometido,
(esto me recuerda a la fabula del elefante encadenado de Jorge Bucay), la
domesticación por la fuerza de una personaje antagónico en la historia de México
marca hasta el día de hoy a toda nuestra cultura, dos categoría surgen en
consecuencia de estas heridas: Miedo y Recelo, miedo a todo aquel que tiene
poder, incluso un poder ficticio como el de la raza, se piensa que la raza
mexicana es fea, o fracasada que la raza blanca europea es el paradigma de
belleza y triunfo, y Recelo, esto surge de la falta de confianza o temor que se
siente hacia sus semejantes, cada mexicano que esta cerca de ti, puede ser un
traidor, un delator, de esta manera surge la envidia del triunfo y la alegría
de las malas noticias de los otros. Las malas noticias consuelan la miserable
vida de conquistado, y el triunfo del otro corroe la envidia, pues, no se
acepta que otro conquistado trascienda las barreras de la opresión y él se siga
quedando en las cadenas de la frustración. Vestigios históricos que lastiman y
no permiten vivir.
Se
tiene un exagerado respeto por el amo, opresor, el conquistador, acostumbrado
al maltrato, cerrado, desconfiado, solo aparenta estar bien, ser educado,
apariencias que se desvanecen cuando esta con sus semejantes, la historia de
México ha mostrado que el poder, la violencia y la fuerza son las constantes
para sobresalir, de ahí la tajante distinción de ricos y pobres, el rico
mantiene las constantes de poder y el pobre contiene las constantes de sometido
y domesticado, subsumido y humillado. La famosa psicología servil que se evidencio en la época
colonial-hacendaria, todavía existe una gran psicología servil, la educación
profesional mexicana es una educación sometida, obrero, empleado, el fin de la
educación es un trabajo, educación servil, dividida en amo y esclavo, rico y
pobre.
En la
política mexicana nunca ha faltado el abuso del poder, el uso de la violencia,
los fraudes, la compra de votos, jugar con la pobreza y necesidad humana para
asegurar los votos, esto hace que en el sentimiento mexicano en cuanto a
política sea escéptico y resignado, incredulidad ante la legalidad y respeto
hacia su voto, y un pesar frustrado cuando se elige a un dirigente, frases
como: “ya para que voto si ese va a quedar”, “ni modos vamos a ver que hace en
su sexenio, a ver cuanto roba y como nos chinga”. México es el país que fomenta
la ignorancia, un país de ignorantes no opone resistencia cuando es gobernado y
se divide rápidamente, quedado fraccionado en tantos sectores que es muy
difícil unirlo.
El
mexicano no acepta ni supera su pasado, como cuando un trauma de la infancia
marca la edad adulta, y no se da cuenta de que lo que importa es el presente,
un presente con el cual no sabe que hacer, una vida que no sabe en que ocupar,
mas que en lamentarse y ver como triunfan los demás, heridas que aún sangran,
palabras que aún hieren, sometidos al poder de la negación, vendidos a las
ideas de “no se puede” traumados “de sentirse menos”, sus palabras más
prohibidas son palabras resentidas, llenas de impotencia ante una historia que
sometió y humillo, contra un pasado que no olvida, un taparrabo psicológico del
cual no se puede deshacer, enemigo fantasmagórico del cual ni el mejor
exorcista puede ahuyentar. Como el pueblo mexicano fue torturado, humillado y
asesinado, es muy común que el mexicano se desprecie así mismo, porque el mismo
se ve como consquistado, perdedor, vencido, sentimientos que afloran cuando un
mexicano se le dice Indio,
o cuando un mexicano gana algo es símbolo de festejo, pues el vencido por fin
vence, en el fondo el mexicano busca un regazo, un refugio, un consuelo para
los débiles y los vencidos. La religión en México fue esa voz que suaviza las
penurias, que reconforta y que ayuda a aceptar su condición de oprimido, pero
no impulsa a superar esa condición.
Chingar
es una palabra mexicana, es una palabra de mal, hiriente, ofensiva, punzante,
resentida, amarga, palabra prohibida que brota cuando las circunstancias son
hostiles, carentes, de impotencia, de resignación y frustración, palabra
maldita, que es la manera en que el mexicano maldice. Chingar tiene tantas anfibologías, una gama
tan inmensa de polisemias que no se logra comprender del todo. La idea de la
palabra chingar es idea de fracaso, acciones frustradas, malestar, burlar,
perjudicar, idea de agresión en todos los ámbitos, incomodar, picar, violar,
desgarrar, matar, violencia, herir, destruir, es “Salir de si mismo y
penetrar por la fuerza en otro, es la máxima expresión de un individualismo
llevado al extremo”.
Chingón: es exitoso en los negocios,
política, en el crimen, con las mujeres, en el trabajo. Persona que sabe
burlar, penetrar, herir por la fuerza y salir victorioso.
Se
chingo: cuando algo o alguien se destruye, se frustra,
no llega a su fin, a buen termino, pierde su valor, se desgasta.
Hizo
una chingadera:
Ejecuta mal una acción, una orden, hace obras malas o estúpidas, señal de
estupidez al actuar, de ineptitud.
Chingar
a una mujer:
El acto sexual es cuando puedes poseer a una mujer sin amarla, sin sentir nada
por ella, mas que un impulso de querer saciar la pasión o apetencia sexual,
engañar, seducir, violar, instigar, acosar hasta ejecutar el fin sexual, que la
mujer seda, acepte, por medio de trucos, engaños, jamás se hace con el
verdadero y sincero consentimiento de la mujer, acto cruel y cínico que arranca
una risa de satisfacción resentida. Es
hacer violencia con el otro.
De
aquí el acto machista de querer chingar, que se manifiesta perfectamente con el albur mexicano, el sui generis
del albur es hacer que el otro quede como mujer, ante un hombre “macho” que se
la chinga. “paloma échame” “plátano chupas”. El perdedor en el albur es la
mujer chingada.
Chingar
es activo, es acto, y chingado (a) es pasivo, es potencia, de aquí que no es lo
mismo “chingar que ser chingado”. Cruel e inmisericorde dialéctica en donde no
hay compasión ni piedad, es el absurdo de los valores, en donde aquel que tiene principios y honor es un pendejo.
Para
el mexicano la vida es una oportunidad de chingar o de ser chingado, de
humillar, hacer fracasar, violentar para beneficio propio o todo lo contrario.
La vida social es una guerra y se hace divisiones: fuertes y débiles, ricos
(chingan) y pobres (que son chingados), chingones sin escrúpulos, duros,
crueles y chingados vulnerables, expuestos, violentados y sufridos, y esto alcanza
hasta nuestros dirigentes que chingan a sus semejantes y al mismo tiempo se
dejan chingar por aquellos que son más que ellos, por las grandes potencias y
empresas transnacionales. En efecto, las personas que valen en México son las
chingonas no las que tienen principios y valores.
El
verbo chingar se hace muy presente en todos los mexicanos, verbo latente que se
manifiesta en la primera oportunidad de hacerlo, verbo maldito, mentiroso y
homicida, hace del mundo mexicano una selva, una ley del más fuerte, en el
mundo de chingar los valores son los que menos importan, se usan aquellas mañas
para salir adelante, para sacar beneficio propio: el soborno, lambiscón,
compadrazo, la corrupción, la estafa, el engaño y la mentira, es el infierno
mexicano en vida.
La
hombría es algo que no puede faltar, un mundo en donde nadie se abre o se raja,
o de lo contrario atenta contra su hombría y se la atribuye cobardía,
homosexualidad, femineidad. Algo fundamental es saber qué es la chingada.
Vete
a la Chingada: Es lugar de cosas rotas, de
violaciones, de cobardes y estúpidos, lugar dirigido a extranjeros o a malos
mexicanos, lugar imaginario rico en miseria y maldad, es el infierno mexicano.
Chingada: Mujer violada, desgarrada, engañada, abusada, violentada, burlada
por la fuerza. Fue una violación en la carne misma de los indios. Malinche
mujer fascinada, seducida y violada por los españoles. Malinchismo: sentimiento
de un hijo de abandono y traición de una madre que lo hace por su amante.
Hijo
de la chingada: Hijo de esta mujer. La mujer
en México siempre representa a una chingada y el hombre siempre refleja
autoridad, capacidad de sometimiento, respeto, capacidad de Chingar.
Chingar
o ser chingón: Es el olvido de todos
los valores, es la destrucción de los valores nietzschiana, es el individualismo llevado al
extremo, la búsqueda del bien propio sin importar la violación de los demás, es
el egoísmo extremo que olvida a sus semejantes y ahoga sus gemidos en la
comodidad y placer propio.
La
nostalgia de chingar se da en una dialéctica que no goza de síntesis, todo se
bate en una guerra de fuertes y débiles, los que ejercen fuerza sobre los que
están expuestos a ser ultrajados, el chingar se manifiesta en el machismo, epifanía voraz de una repulsión
hacia si mismo y hacia los demás, necesidad devoradora de personas y de bienes
incapaz de satisfacerse. El Macho mexicano es agresividad, impasibilidad,
invulnerabilidad, uso descarnado de la violencia. Absurdo actuar que demuestra
su poderío sobre el más débil, libertad desmesurada en una voluntad devoradora
de leyes y de reglas, con la única finalidad de demostrar su invulnerabilidad:
golpear a una mujer, golpear a sus hijos pequeños, engañar para violar, ingerir
alcohol hasta embrutecerse y no caer, indiferencia
hacia lo que engendra, sin compasión ni relación ni compromiso con el mundo
exterior.
El
egoísmo que mana de esta condición viene de un sentimiento de superioridad, esa
desligación del mundo exterior y ese ensimismamiento en sus intereses, placeres
y necesidades, un Macho toma lo que plazca y lo desecha cuando quiere: “El
mexicano ni es indio ni es español, es un hombre que reniega de sus raíces y de
su pasado y se proyecta al futuro sin saber de donde viene, lo único que lo
mantiene cuerdo es el absurdo de ser Macho-Conquistador español, y con el
sentimiento de poder si autoridad en el verbo cotidiano “Chingar”.
Se
gusta de resaltar las tradiciones mexicanas mas no en la manera que fue la
conquista, no se puede sanar esta herida que sangra hasta el día de hoy, y se
manifiesta en toda nuestra cultura: Desde la mentalidad de sometimiento y
servicialidad de obrero hasta la manera de morderse (chingarse) unos a otros,
conflicto interno que lleva siglos.
El
origen del homicidio y la violencia se da en un “Yo”, un “Yo” occidental que se
descubre como una preocupación de ser en un ser consiente de su muerte. En la
estructuración de la sabiduría occidental y su tradición se construye en la
idea de un “Yo” y sus intereses: “yo pienso”, “yo quiero”, “yo busco”, “yo
debo”, “yo puedo”, “yo soy” (expresiones tan admiradas por Kant, Hegel,
Heidegger y Husserl), de aquí el sentimiento de individualidad y soledad en la
edificación milenaria que Nietzsche y Sartre esbozan y descubren a la perfección el
verdadero ser del mundo occidental (Un súper hombre, un súper Yo y un ser
que descubre un infierno en los otros). Un mundo ensimismado que no puede
dejar de verse a si mismo y esta cosmovisión es heredada a los países occidentalizados. En el mundo del “Yo” lo otro es
imposible racionalizar, lo que existe soy yo, mis necesidades y preocupaciones
por resolver, esto permite usar la razón para sistematizar y justificar sus
actos, herencia de muerte, miseria, violencia y crueldad, en efecto, todo
intento de ética y política es imposible. El “chingar” mexicano es una herencia
occidental, irónicamente pensamos que eso es la sabiduría, la sabiduría
occidental es lo verdaderamente racional y humano. El hombre se debate entre
buscarse a si mismo o desprenderse de si para ver por los otros.
Levinas
expone la radicalidad de la imperatividad ante el descubrimiento del otro, no soy yo el único que sufre, existen
otros que sufren igual o peor que yo, el desprendimiento del Yo y su totalidad enfrascada en yo pienso, yo existo queda desmembrada
ante un rostro que no es el mío y que me exige cuidarlo, amarlo y responder por
El, ante el descubrimiento de otro que esta frente a mi me obliga a cuidarlo, y
en ese cuidado me cuida a mi ¿Cómo es posible esto? Los hijos están al cuidado
de los padres y es en ellos que el olvido total del querer ser queda sin importancia, pero es por ellos que no se
deleita en los deseos particulares, tal vez embriagarse, fumar, momentos de
placer que se enfrascan en un egoísmo radical de si, lo otro que esta fuera de
mi, me obliga a querer el bien, ya no para sino para un TU, lo expresa de una
manera genial J, Giraldo “ya no soy yo,
ya no es por mi, ya no es conmigo ni para
mi, ahora eres tu, ahora es por ti, ahora es contigo y para ti, me haz declarado
una guerra de ternura y compasión que solo me queda decir ¡me rindo!”, el
individualismo exacerbado de occidente ha llevado al mexicano a llevar una ley
de Herodes, difícil subsistir en un mundo sin sentir compasión ni esperanza.Octavio Paz
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