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Imagen tomada de google |
Más allá de la educación tradicional, es decir, del
simple hecho de impartir un conocimiento, la educación ambiental relaciona
al hombre con su ambiente, con su entorno y busca un cambio de actitud, una
toma de conciencia sobre la importancia de conservar para el futuro y para
mejorar nuestra calidad de vida. La adopción de una actitud consciente ante el
medio que nos rodea, y del cual formamos parte indisoluble, depende en gran
medida de la enseñanza y la educación de la niñez y la juventud. Por esta
razón, corresponde a la pedagogía y a la escuela desempeñar un papel
fundamental en este proceso.
En su definición sobre Educación Ambiental,
las Naciones Unidas nos indica que ésta tiene como objetivos la formación de
los individuos para conocer y reconocer las interacciones entre lo que hay de
natural y de social en su entorno y para actuar en ese entorno. Intentando no
imprimir a sus actividades orientaciones que pongan en grave deterioro el
equilibrio que los procesos naturales han desarrollado, haciendo posible la
existencia de una calidad ambiental idónea para el desarrollo de la vida
humana.
Es necesario abordar la temática del cuidado del
medio ambiente con la seriedad necesaria para poder revertir
los hábitos que causaron daños, hasta la fecha, a nuestro planeta. Es necesario
incorporar la idea que con el correr del tiempo y manteniendo comportamientos
perjudiciales hacia el ambiente vamos perdiendo la oportunidad de tener una
mejor calidad de vida, vamos deteriorando nuestro planeta y a los seres que
habitan en él.
Es evidente la necesidad de sensibilización desde
cada uno de nosotros, para repensar en qué valores y actitudes, se acoda el
cambio cultural que debemos asumir, con respecto a las problemáticas
ambientales.
Más allá de la educación tradicional, es decir, del
simple hecho de impartir un conocimiento, la educación ambiental relaciona al
hombre con su ambiente, con su entorno y busca un cambio de actitud, una toma
de conciencia sobre la importancia de conservar para el futuro y para mejorar
nuestra calidad de vida.
La adopción de una actitud consciente ante el medio
que nos rodea, y del cual formamos parte indisoluble, depende en gran medida de
la enseñanza y la educación de la niñez y la juventud. Por esta razón,
corresponde a la pedagogía y a la escuela desempeñar un papel fundamental en
este proceso.
La educación ambiental es un proceso educativo,
integral e interdisciplinario que considera al ambiente como un todo y que
busca involucrar a la población en general en la identificación y resolución de
problemas a través de la adquisición de conocimientos, valores, actitudes y
habilidades, la toma de decisiones y la participación activa y organizada.
El niño crece y se desarrolla bajo la influencia de
un complejo proceso docente-educativo, en el que la escuela cumple un encargo
social que tiene el objetivo de que el futuro ciudadano reciba enseñanza y
educación, y se integre a la sociedad en que vive de una manera armónica,
formado política e ideológicamente en correspondencia con los principios de
nuestra sociedad. En este sentido hay que educar al niño para que ocupe
plenamente el lugar que le corresponde en la naturaleza, como elemento
componente de ésta. Él debe comprender que es parte integrante del sistema
ecológico y que, como tal, tiene deberes que cumplir.
La formación y el desarrollo de hábitos correctos
en los estudiantes, en lo concerniente a la protección del medio ambiente en la
escuela y sus alrededores, contribuyen a vincular la teoría con la práctica y a
familiarizarlos con estas tareas y exigencias a escala local. Esto facilita que
comprendan la importancia de la protección del medio ambiente y sus distintos
factores, a nivel regional y nacional, y cómo una sociedad puede planificar y
controlar la influencia del medio ambiente en beneficio de la colectividad.
Aprovechar estos temas, que son contenidos de la
enseñanza escolar pero con un fin, que no sea solo el de la información, que se
transgreda ese límite. Que llegue hasta la formación de un ciudadano conciente
e involucrado en esta problemática.
La necesidad de abordar la problemática ambiental
requiere de una perspectiva que involucre la crítica de los distintos saberes y
el desarrollo del conocimiento humano para la creación de alternativas. De ahí
que, además de los obstáculos económicos y sociales dados por el estilo de
desarrollo para abordar la problemática ambiental, las posibilidades de
revertir los procesos de deterioro ambiental se ven también limitados por la
propia conformación del proceso educativo y de construcción del conocimiento.
Es necesario abordar el estudio de lo ambiental en
lo educativo desde una perspectiva sistémica. Debemos estar conscientes que la
conceptualización de educación ambiental abarca contenidos de varios campos:
conservación, equidad, contaminación, ambientes urbanos/rurales, derechos
humanos, ecología, ciencias ambientales, educación integral, población,
energía, pobreza, ética, desarrollo sustentable, sociedad, tecnología, calidad
de vida, entre otros. Además, que dichos campos se entrecruzan y se traslapan.
Debemos entonces concretar qué relaciones, interacciones, resultados o
consecuencias nos interesa descubrir y posteriormente comunicar.
Desde el Estado es necesaria la incorporación con
carácter obligatorio de la materia educación ambiental en favor de las
generaciones futuras y una adecuada calidad de vida.
La educación ambiental en la Argentina está poco
más que en pañales, pese a los esfuerzos y los planes oficiales que se están
tratando de implementar, tanto en el Ministerio de Educación de la Nación como
en los organismos equivalentes de las provincias, debido a: La falta de
conexión entre las medidas individuales que se implementan y la problemática
social, el carácter temporal de las acciones propuestas (no conducen a la
formación de hábitos), no se permite desarrollar la creatividad de los sujetos,
ya que no hay continuidad entre el contenido que se transmite y
las concepciones y representaciones de los sujetos y para finalizar, la
falta de la información sobre los problemas locales en conjunción con la
problemática nacional. La asistencia oficial es escasa o prácticamente nula.
Esto se debe, principalmente, a la precaria importancia que frecuentemente se
da a la educación, tanto desde el estado como otros sectores de la sociedad, se
traduce como una contracción del sistema educativo público, como efecto de un
presupuesto bajo y la ausencia de un debate acerca de la calidad y beneficios
de la educación impartida.
Esta educación trasciende el ámbito formal de la
educación tradicional, no circunscribiéndose únicamente a los centros
educativos, sino empleándose, también, en el ámbito laboral, en la empresa o el
centro de trabajo, siendo éste un excelente vehículo para comunicar valores a
favor del ambiente, relacionándolo con las características productivas. Por
otra parte, el desarrollo eficaz de la educación ambiental demanda el pleno
aprovechamiento de todos los medios públicos y privados de que la sociedad
disponga, a través de diferentes sistemas y subsistemas de aplicación,
vinculándose con la legislación, las políticas, los planes y programas de
ejecución, las medidas y mecanismos de control y a todas las decisiones que los
gobiernos adopten respecto al ambiente.
Se debe estimular la formación de sociedades
socialmente justas y ecológicamente equilibradas, que conserven entre sí una
relación de interdependencia y diversidad.
La educación ambiental, en el contexto del
desarrollo sostenible, debe generar con urgencia, cambios en la calidad de vida
y mayor conciencia en la conducta personal, así como armonía entre los seres
humanos y de éstos con otras formas de vida.
La aplicación de la educación ambiental no
consiste, entonces, en una mera aplicación de ajustes y complementos a los
programas tradicionales de la educación, se trata, más bien, de convocar a
nuevos enfoques, nuevos contenidos y nuevos métodos, haciendo más flexibles las
tradicionales estructuras de los sistemas educativos. www.ecoportal.net
Imagen tomada de Corbis |
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