¿De qué te servirán las
técnicas de estudio? Te facilitarán los aprendizajes académicos y te ayudarán a
obtener mejores resultados en los exámenes, sobre todo cuando empieces la
secundaria.
1. Presta atención: los
buenos hábitos de estudio empiezan en la clase
He aquí algo que
probablemente te sorprenderá: ¿sabías que antes de que te pongas a estudiar ya
has empezado a hacerlo? ¿Cómo es posible? Cuando prestas atención en clase y
tomas buenos apuntes, estás empezando el proceso de aprendizaje y estudio.
¿Te cuesta prestar atención
en clase? ¿Te sientas cerca de una persona que habla mucho o es muy ruidosa?
¿No ves bien la pizarra? Asegúrate de sentarte en un buen sitio para poder
prestar atención. Si hay algo que te impide prestar atención o tomar buenos
apuntes en clase, coménteselo al profesor o a tus padres.
2. Los buenos apuntes
facilitan el estudio
¿No sabes tomar apuntes?
Empieza anotando la información que explique o escriba en la pizarra tu
profesor durante la clase. Intenta hacer buena letra para que después entiendas
tus apuntes. También es una buena idea tener los apuntes, exámenes, pruebas
sorpresa y documentos de trabajo ordenados por asignaturas.
Imagen tomada de: corbisimages.com |
Esperar al jueves por la
tarde para estudiar el examen del viernes te obligará a hincar los codos
durante toda la noche, ¡lo que no tiene nada de divertido! Además difícilmente
darás lo máximo de ti mismo si no pegas ojo en toda la noche. Todos posponemos
cosas de vez en cuando. Una de las mejores formas de asegurarte de que eso no
te pase a ti es planificando el tiempo de estudio con antelación.
Pide un calendario, uno que te guste y que puedas tener cerca de tu escritorio o lugar de
estudio y anota las fechas de entrega de los trabajos escolares y de los
exámenes. Luego planifica cuánto tiempo dedicarás cada día a estudiar cuando
salgas del colegio o instituto y cuánto tiempo dedicaras a cada asignatura.
¿Las clases y actividades extra escolares hacen que te resulte difícil encontrar
tiempo para estudiar? Pide a tu madre o padre que te ayuden a diseñar un
horario para organizarte el tiempo.
4. ¡Divídelo en cachitos!
Cuando tengas que estudiar
mucho material, te ayudará dividirlo en cachitos. Supongamos que tienes una
prueba de ortografía sobre 20 palabras. En vez de pensar en todas las palabras
a la vez, intenta dividir el trabajo en bloques de cinco palabras y estúdia uno o dos bloques cada día.
No te preocupes si no acuerdas de algo que has estudiado primero. Ahí es donde entra en juego la
práctica. Cuantos más días dediques a repasar algo, más probabilidades habrá de
que se te grabe en la memoria.
Otra forma de dividir el
material en bloques es estudiando regularmente en vez de dejarlo todo para el
último día. La tarde previa al examen puedes dedicarla a repasar los apuntes o
a releer los temas. O, si estás estudiando matemáticas o ciencias, puedes hacer
problemas para practicar.
¿Cuánto tiempo seguido
puedes estudiar cada tarde? Tu profesor puede ayudarte a saberlo. La mayoría de
los cerebros solo pueden concentrarse atentamente en algo durante unos 45
minutos. O sea que, si ya llevas un buen rato estudiando y notas que te empieza
a costar mantener la atención, prueba a hacer una pausa yendo a buscar un vaso
de agua o dándote una vuelta por tu casa ¡Pero no caigas en la tentación de
poner la tele y/o dejar de estudiar!
5. Si estás estancado, pide
ayuda
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No se puede estudiar bien
cuando uno no entiende la materia. Asegúrate de pedir ayuda a tu profesor si
hay algo que no acabas de entender. Puedes intentar salir del bache releyendo
tus apuntes. ¿Te aclaran algo? En caso negativo, pídele al profesor que te lo
vuelva a explicar o que reviséis juntos tus apuntes. Si te estancas mientras
estudias en casa, tal vez tu madre o tu padre puedan echarte una mano.
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6. ¡Duerme a pierna suelta!
El examen es mañana. Tú has
seguido tu plan de estudio y has aplicado las técnicas que te hemos explicado
pero, de repente, tienes la sensación de que no te acuerdas de nada, ¡ni
siquiera de cuánto son 2+2! ¡No te dejes dominar por los nervios! Tu cerebro
necesita tiempo para asimilar toda la información que ha incorporado. Intenta
dormir bien por la noche y mañana te sorprenderá lo bien que te sabes la
materia.
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