La deconstrucción
de nuestro sistema se ve mermado por ideas que van desfondando las trivialidades
de la cultura tradicional, es decir, los valores o las ideas tradicionales ya
no tienen peso en la actualidad, se piensa que la imposición de una cultura
occidental regida y guiada por el cristianismo va domesticando al hombre, para
no sacar a relucir lo que verdaderamente es: cruel y malvado, en una deseo de
mal insaciable, la ley lo único que ha hecho es mostrarle lo que verdaderamente
quiere hacer, la ley lo ha retado, le ha dicho no mentir y desea mentir, no
matar y desea matar, no tomar a un hombre como mujer y se vuelve homosexual, lo
prohibido al hombre le parece apetecible, por eso se dice vulgarmente: “la ley
se hizo para romperse”.
La imposición de nuevos valores se tienen que
ir proponiendo para regir a una nueva generación que va emancipándose de su
cultura para imponer la suya, es la idea de Nietzsche, de lo dionisiaco y lo apolíneo.
La ley que hoy rige no es la ley moral sino la ley de lo que me gusta y me
conviene, todos los valores resultan relativos, se ha proclamado que no hay
Verdad, y como no hay verdad, tampoco hay bien y mal, justo o injusto, solo
intereses bien proporcionados que no afecten a mis gustos y placeres, la
justicia se ha tornado relativa, y lo racional es irracional, es el caos de la
posmodernidad. La ley más allá de regular o imponer un orden se piensa que es
una esclavitud, se inician nuevos valores que al mismo tiempo son nuevas
esclavitudes, en un devenir dialectico que parece no tener fin, esto tiene sus repercusiones
en el ámbito y vida humana, se ha proclamado en un heraldo ¡Ya todo es licito! ¡Ya
no existe nada que se imponga! ¿Cuáles son los efectos de esto en la política? Que
la justicia no existe y el bien común tampoco, que la fidelidad o la amistad es
una ilusión, ya que solo existe un hombre que es rapaz, traicionero, movido por
la codicia, el deseo de tener más y hacer su voluntad, en efecto, no existe
valor que no esté en cuestión, lo racional es el mejor discurso con elocuencia
para convencer, la razón de la fuerza y
no la fuerza de la razón. ¿Cuál es el panorama político de hoy?
Lo que el hombre
busca es la buena vida, y la vida en sociedad es una complejidad, porque estoy
frente a otro que me exige solidaridad, compasión, ayuda y amor, por eso decía
Jean Paul Sartre: ¡el infierno son los otros! Que me agobia con sus exigencias,
la individualidad es fundamental y es herencia no del cristianismo sino del
helenismo, en efecto, La sociedad es un hospital que rechaza enfermos, un
enfermo es aquel que depende y necesita de los otros para rehabilitarse, para
recobrar la salud y para volver a la vida, vida productiva, vida afectiva, vida
profesional, empero, ¿Quiénes son los enfermos en una sociedad? Los pobres, los
rateros, las prostitutas, los ignorantes, los presos, los oprimidos, los
engañados, los que lloran injusticias, los denigrados, los esclavos, los
marginados, los huérfanos.
La política
acepta a los buenos porque son los que no dan molestias y son productivos, desecha,
margina, olvida y extermina a los que son molestos, anárquicos, lacras, pobres,
más llenos de necesidades y carencias que de cosas buenas, esta política lleva
a una caos de dictadura e imposición, pues, ante tantas masas de enfermos es
prudente tener planes de contingencia y de control, hacer una distinción real, existencial y vital
de los buenos y de los enfermos. Cuando en realidad la sociedad como comunidad
humana busca la unión para la trascendencia, a través convivencia humana.
La felicidad decía
Aristóteles es individual, todo acto humano tiene como fin la felicidad, es por
eso, que racionalmente, el sufrimiento, el sacrificio y el perdón es
irracional, sin embargo es humano, las tres virtudes teologales son: la fe,
esperanza y amor, pero también son antropológicas, empero, la otra política es
la del loco, la de un loco que no busca su interés, su vanidad, su
reconocimiento, su felicidad, sino la felicidad del otro, el bienestar, el la alegría
y la verdad del que está a mi lado, el loco para el sistema es aquel que se atreve
a ser justo, decía Erasmo de Rotterdam, la locura es necesaria para la vida
humana, si no existiera la locura ninguna hazaña hubiese sido posible, es aquel
que no busca otra seguridad que la de la buena conciencia.J. P. Sartre
No hay comentarios:
Publicar un comentario